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Mastia, tartessos y las rutas comerciales (página 2)



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Tradicionalmente se ha situado la fundación de
Gadir (Gades o
Gadeira), la actual ciudad de Cádiz, hacia
el año 1100 a. C. por los comerciantes fenicios,
navegantes que ya se movían por el Mediterráneo
desde el s. XV a. C. aproximadamente, aunque sólo tras el
hundimiento de la "talasocracia" Cretense (h. 1200 a. C.) es
cuando extienden sus viajes
comerciales hasta el estrecho de Gibraltar y probablemente las
Islas Canarias. Precisamente habían sido los cretenses
quienes habían iniciado, ya en el III milenio a. C., el
comercio con
Iberia (en el alfabeto Ibero oriental hay ocho ¿signos
cretenses?) exportando por todo el Mediterráneo oriental
la plata y el estaño
de Tartessos hacia el 1500 a. C. (De hecho el nombre
Tartessos es de origen cretense o cario:
probablemente ellos se refiriesen a sí mismos con el
nombre de Tartis o Terti, el cual
es el nombre que daban a su propio río.)

Las pruebas
arqueológicas encontradas hasta la fecha en la ciudad de
Cádiz son más recientes (s. IX-VIII a. C.), pero
ello no impide que la ciudad, un primitivo asentamiento mercantil
en una isla cercana a la costa, fuese anterior. La
intención de los fenicios, concretamente los tirianos o
tirios (originarios de Tiro), era la de facilitar el comercio
entre sus clientes
orientales y la rica cuenca minera de Tartessos, capaz de
suministrar minerales tan
apreciados como el cobre, el
oro, la plata,
el hierro o el
estaño, que éstos (a su vez) conseguían en
la zona de Cornualles. El asentamiento de Gadir
no era fruto de la casualidad: situado no lejos de Tartessos
podía controlar, a la vez, tanto el mercado con
éstos como la zona del estrecho de Gibraltar y el norte de
África.
Los tartessos recibieron, al parecer, con los brazos abiertos a
estos nuevos comerciantes orientales (más tarde
harían lo mismo con los navegantes focenses, hacia el 700
a. C.), aunque bien pronto los ladinos fenicios extendieron sus
dominios a la costa fundando un asentamiento en tierra firme,
luego otro, más tarde uno más y hacia el año
800 a. C. los tartesoss acabaron por caer bajo el yugo fenicio
(según Estrabón).

Sin embargo hacia el año 700 a. C. declina el poderío
de Tiro (tras el sitio asirio que duró cinco años)
con lo cual el mercado de Tartessos quedó abierto a una
nueva potencia
marítima: los focenses, comerciantes griegos cuyas naves
de cincuenta remos sustituyeron a los navíos comerciales
de los tirios en las aguas occidentales del Mediterráneo.
Tras el sitio de Tiro por Nabucodonosor, que duró trece
años según los historiadores antiguos (585-573 a.
C.) el poderío fenicio decayó y con él su
influencia comercial; es probable que éste fuese el
momento en el cual Tartessos, libre del yugo tirio, recobrase su
libertad y
ampliase su influencia comercial en dirección oriental hasta alargarse para
incluir a Mastia y su riqueza mineral y pesquera.
Es por ello que Tartessos pudo imponer su voluntad a colonias
como Sexi, citada por Hecateo como ciudad de los
mastienos: la influencia y el poder de Tartessos llegaba ya hasta
el cabo de la Nao, tanto en la costa como en la zona
interior.

Aproximadamente desde el año 750 a. C. los jonios
ocupaban las costas de Sicilia y de Italia
meridional: sería esta la época en la cual los
focenses comenzaron su expansión comercial por el, para
ellos, desconocido y virgen Mediterráneo oriental; el
primer navegante griego que llegó a Tartessos,
según Heródoto, fue el samiense Kolaios de Samos
hacia el 660 a. C. en un naufragio. (El término "virgen"
puede extraerse del comentario de Heródoto: "Aquel
mercado estaba intacto todavía
".)

Los focenses comercializaban de Tartessos sus riquezas
minerales, principalmente la plata y el estaño: Avieno
comenta que el río de Tartessos llevaba el estaño a
las puertas de la ciudad y también menciona los viajes de
sus naves en busca del estaño de Oestrymnis, en el extremo
del mundo. Más tarde Plinio (h. 197) menciona:
"Plumbum ex Cassiteride insula primus adportavit
Midacritus
", es decir, Midacritus fue el primero que
comerció con el estaño (plumbum
album
, plomo blanco, estaño) de las islas
Cassitérides. Precisamente para mejorar su comercio
fundaron los focenses la colonia Mainake, situada
al oeste de la actual Málaga, erigida poco antes del 600
a. C., en un lugar en el cual no entraría en conflicto
directo con los tirios. Una segunda factoría,
Hemeroskopeion ("Atalaya del día"),
situada junto a la ibérica Diniu
(latín Dianium), no lejos de la actual
Denia, sería establecida poco después. Las
restantes colonias griegas (Emporiom,
Rhode y otras dos factorías al sur del
cabo de la Nao) serían fundadas por los comerciantes
massaliotas (de Massalia, actual Marsella) tras
la caída del poderío focense.

A cambio de la
plata tartesia (la abundancia de plata puede verse en el nombre
de uno de sus reyes míticos, el basileus
Arganthonios, el hombre de la
plata
) y el estaño inglés
(también galaico) obtenían los tartessios de otros
pueblos productos
manufacturados como podían ser el vino y el aceite,
además de productos artísticos y, con ello, una
clara influencia oriental. Esta influencia puede apreciarse
incluso en lugares tan al interior del país como Aliseda
(Cáceres), en donde se encontró un tesoro de piezas
de oro fechadas h. 625 a. C. o Cancho Roano (Badajoz), un
palacio-santuario del s. VI a. C. (h. 550 a. C.) en cuyo interior
carbonizado se han encontrado fíbulas y otros objetos de
influencia oriental también tartésicos. La escritura
ibérica nació en Tartessos por influencia de
Fenicia y se extendió hacia el oeste (Portugal), el norte
(Extremadura) y el este (zona del ibero oriental)
habiéndose encontrado inscripciones en estelas funeraria,
plomos y cerámica de diverso tipo.

Toda esta actividad comercial queda extinguida con la batalla
de Alalia (h. 537 a. C.), combate entre los
cartagineses y sus aliados etruscos contra la colonia griega
(focense) de Alalia, en Córcega, cuando son los
cartagineses quienes retoman el poderío militar y
económico del Mediterráneo occidental: Alalia ha
sido considerada por algunos historiadores como la primera Gran
Guerra Mundial
entre los helenos cultos y los "pueblos bárbaros" (persas,
cartagineses, etruscos), ya que unas veces tuvieron peso las
decisiones en Oriente (Lade, Maratón, Salamina, Micala,
Platea) y otras en Occidente (Alalia, Himera o Kyme). Tras Alalia
son los cartagineses quienes obtienen el dominio sobre el
Mediterráneo occidental, ganando con ello la apertura de
la rica Iberia a sus transacciones comerciales y, más
tarde, grandes operaciones
militares contra Roma.

Los cartagineses, colonos fenicios de la ciudad de Cartago
(fundada míticamente hacia el año 814 a.C.),
extendieron su poder rápidamente: según Timeo ya
ocupaban Ebusus (Ibiza) en el 654 a. C. aunque es
una fecha excesivamente remota; probablemente sería
después del 530 a. C. (ya que el Periplo
de Avieno habla todavía de Tartessos y
Mainake como ciudades existentes) pero con
seguridad antes
del 509 a. C. ya que en el primer tratado
romano-cartaginés es Cartago quien ha de prohibir a los
romanos la navegación hacia Iberia. (De todos modos los
mercenarios iberos no figuran en el ejército
cartaginés hasta la batalla de Himera, en el 480 a. C.,
según relata Heródoto.)

Comerciantes y militares avispados, probablemente terminaron
con Tartessos de modo premeditado: más tarde harían
lo mismo con las ciudades griegas de Sicilia; Vitrubio ya
menciona (indirectamente) el enfrentamiento contra los tartessios
al hablar de la invención del ariete por los cartagineses
en su comentario: "Cuentan que los cartagineses fueron los
primeros que, en el sitio de Gades, inventaron el
ariete
". Aquí Gades es Tartessos,
indiscutiblemente, ya que la ciudad fenicia no habría
puesto impedimentos a que la nueva potencia (fenicia en su
origen) controlase su comercio y su ciudad. No está claro
cuándo ocurrió la destrucción de Tartessos,
seguramente entre el 530 y el 480 a. C., aunque probablemente
pudo suceder en torno al 500 a.
C. Con esta destrucción Cartago cerraba la
navegación por el estrecho de Gibraltar, con toda la
enorme ventaja económica que ello les suponía: el
mercado del estaño y del ámbar del norte (zona del
río Elba, en el Mar del Norte) caía en sus manos.
(Himilcón visitó las Islas del Estaño e
Irlanda h. 450 a. C.)

Para continuar con el mercado del estaño se
construyeron por esa época dos importantes vías
comerciales tierra adentro: la una desde el golfo de Vizcaya a la
costa massaliota y la otra de Mainake por la zona
de Tartessos al estuario del Tajo; este sería el recurso
al que tuvieron que acudir los focenses para continuar comprando
el necesario estaño a los tartessios tras el cierre de la
navegación por el estrecho. Sería precisamente la
molestia que ocasionaba esta dos rutas comerciales la que
obligó a Cartago a destruir ambos focos del comercio:
primero Mainake, el punto desde el cual se
vendía el valioso metal, después Tartessos, reino
que rompía su monopolio del
estaño. El comercio de Tartessos se desplazó a
Gadir y el de Mainake a
Malaka, lo que explica la lógica
confusión posterior entre Tartessos-Gadir
y Mainake-Malaka de los autores
clásicos.

La destrucción de Tartessos transfirió a los
cartagineses el dominio del amplio "imperio" tartessio que
abarcaba, como vimos, todo el sur de Andalucía: desde la
zona de Onuba (Huelva) hasta
Mastia y el cabo de la Nao; el límite
meridional que señala a la navegación de los
romanos y massaliotas el segundo tratado con Roma (348 a. C.) es,
precisamente, la ciudad de Mastia, probablemente
el núcleo comercial (minero y pesquero) más amplio,
rico y destacado de la zona. Los cartagineses, hábiles
navegantes y listos comerciantes, rechazaron un (en apariencia)
extenso territorio costero situado más al norte que
debería (en apariencia) haberles interesado y que
podría haberse extendido, en principio, incluso hasta
Emporion o Rhode. Este
desinterés puede explicarse fácilmente: los
indígenas de estos territorios no estaban "civilizados"
por la influencia del comercio tartessio sino que eran tribus y
pueblos todavía salvajes con los que habría que
luchar duramente.

Tras la eliminación de los comerciantes tartessios los
cartagineses, potencia comercial creciente, encontraron la ruta
al estaño de Inglaterra y el
ámbar del Mar del Norte, mercado que dominarían
durante muchos años hasta su destrucción a manos
romanas.

Más tarde la Historia nos dice que se
produjo una reacción contra la dominación
cartaginesa: se organizó una unión entre los iberos
y los massaliotas y una guerra contra
Cartago. Con ella perdió sus posesiones en la España
meridional pero conservó el dominio de la aguas andaluzas
y el Océano, ocurriendo este hecho entre el año 348
a. C. (segundo tratado comercial romano-cartaginés) y el
240 a. C., fecha en la cual el enérgico Amílcar
Barca reconquista Andalucía. Qart Hadasth,
anteriormente Mastia, fue la principal ciudad de
los cartagineses en España, y de ella partió
Aníbal en su célebre y hercúlea
expedición a Italia, que le llevaría a cruzar los
Alpes con su imponente ejército, al comenzar la Segunda
Guerra Púnica en el año 218 a. C. El general romano
Escipión tomó Cartagena en el año 209 a. C,
siendo posesión romana desde entonces con el nombre de
Carthago Nova y una de las ciudades romanas
más importantes de Hispania.

BIBLIOGRAFÍA

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SCHULTEN, ADOLF: "Tartessos", Editorial Almuzara, 2006.

WIKIPEDIA, la enciclopedia libre: diversas consultas sobre
Tartessos, Mastia, Cancho Roano, Aliseda, Cartagena, etc.

http://phoenicia.org/ "Phoenician Encyclopedia" (en
Inglés).

 

 

Autor:

Francisco A. Violat Bordonau

Partes: 1, 2
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